domingo, 30 de diciembre de 2018

Aproximación a la poesía. Carpe diem



El deseo de aprovechar el tiempo, el momento, mientras se es joven, es tan antiguo como el hombre mismo. En la literatura, a partir del poeta latino Horacio (Venusia, año 65 a. C.), que escribe en una de sus odas (libro I, oda 11, versos 7-8): "Carpe diem, quam minimum credula postero" (vive el día de hoy, no confíes lo más mínimo en el mañana), la expresión Carpe diem se ha convertido en uno de los tópicos literarios o tema que más ríos de tinta ha hecho correr entre los poetas de todos los tiempos.

Este tópico aparece claramente en el poema La hora de Juana Ibarbourou, escritora posmodernista uruguaya, que muestra la mentalidad abierta de una mujer de principios del siglo XX que incita a su enamorado a disfrutar de las mieles de la juventud antes de que llegue el momento amargo de la vida, el ciprés-muerte.

La hora

Tómame ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.


Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.

Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.

Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.

Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida aprisa.

Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!

Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.


¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!


Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.

Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?



La joven incita a su amante al disfrute amoroso: "Tómame ahora", con la premura de quien sabe que el paso del tiempo es inexorable: "Después… ¡ah, yo sé que ya nada de eso tendré!", y que entonces no le podrá ofrecer ni el deseo ni la frescura de los que disfruta en este momento: "Tómame (…) hoy, y no más tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca".

El poema está estructurado en dos partes en las que la escritora expresa en clara antítesis, por un lado, las mieles, las alegrías del "Ahora": "dalias nuevas en la mano", "sombría cabellera", "carne olorosa, ojos limpios, piel de rosa", "rica de nardos la mano", y, por otro lado, la aniquilación que traen consigo la vejez y la muerte: "inútil deseo", "mausoleo", "anochezca", "mustia", "ciprés". En este poema la naturaleza, con la que metafóricamente se expresa la idea del Carpe diem horaciano, da a conocer con delicadeza y exquisitez los sentimientos y deseos de una mujer atrevida, con iniciativa y determinación, de una mujer moderna de principios del siglo XX.

Creo que la poesía, entendida, llena nuestra alma de emoción y nos demuestra que el ser humano, independientemente de la época que le ha tocado vivir, vuelca sus sentimientos atemporales en versos eternamente modernos, o ¿es que tú no sientes como Horacio que el tiempo pasa y que el momento se esfuma?



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 27 de diciembre de 2018

Momentos íntimos. Tiranía de grupo



Si reflexionamos sobre lo que a diario acontece a nuestro alrededor, parece que las normas están hechas para saltárselas.

Cada vez con más frecuencia una mayoría establece sus propias directrices, de manera que quien sigue a rajatabla los reglamentos establecidos por las autoridades competentes, porque considera que es su obligación, parece que está obrando mal. Se podría hablar de tiranía de grupo, de hipocresía social, de masa informe que señala con el dedo socarronamente a quien se atreve a disentir de sus pareceres. Es muy posible que se haya pasado de moda seguir unos valores que distinguen al individuo del grupo, que se rechace que no se piense en el beneficio de uno sino en el provecho de los demás, pero no veo acertada esta postura descaradamente egoísta, porque el individuo que solamente piensa en sí mismo se relaja en sus obligaciones sociales y eso se parece mucho a perder el norte.

Cuando concibes como abstracto un problema, es porque no te afecta, pero, si ese problema se concretiza y repercute en tu vida diaria, posiblemente pensarás que la desidia pisa tus talones y que tienes que correr para protegerte de este enemigo invisible y aniquilador que mina poco a poco la ilusión.




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

lunes, 24 de diciembre de 2018

Mamá, ¿es que te crees que soy tonto/a? Amistades que avasallan




Lo que me cuentas yo también lo he vivido y, como tengo más años que tú y la experiencia es un grado, te voy a decir lo que pienso de "esas" amistades.

Un amigo es la persona que incondicionalmente está contigo en los momentos amables y en los que las cosas se ponen negras. Es quien te escucha, te aconseja y te abre los ojos ante situaciones que no detectas como dañinas para ti. Es como una prolongación de ti mismo y por eso sabe lo que te conviene y lo que te daña, lo que te hace feliz y lo que te entristece. Yo he tenido amigas así de buenas, pero a ciertas edades ya no se depende tanto de las relaciones sociales, porque te haces más independiente y tienes otros objetivos en tu horizonte.

Lo que relatas es significativo y coloca a esa persona en el lugar que le corresponde por considerarse el ombligo del mundo; no escuches más sus problemas porque parece que tiene todos los de la humanidad y dedícate a tus asuntos, ya que seguramente dejas cosas que tienes que hacer porque tu educación no te permite darle plantón.

Quien solo habla de sí mismo y no quiere escuchar a los demás no merece tanto respeto, pero te voy a dar la solución a tu problema: lo mejor es que le digas que tienes un problemón y que le cuentes pormenorizadamente todo lo que has hecho en la última semana imitando su estilo pesimista y verás qué pronto te quitas de encima lo que se ha convertido en una carga para ti. Te adelanto que lo más ingrato será oír que les dice a los otros que eres de una pesadez insoportable y que no piensa echar más tiempo contigo, porque si tienes contratiempos no es por su culpa.

No viene mal contar el mismo chiste malo que te cuentan a ti, porque, aunque no se dé por aludida la persona, por lo menos te quitas de encima un buen moscón.   



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Dislates lingüísticos. La acentuación de los monosílabos




En español hay gran cantidad de palabras monosílabas, es decir, que tienen una sola sílaba. El núcleo de las sílabas en nuestro idioma siempre es una o más vocales que pueden ir acompañadas de consonantes que las preceden y que las siguen.

En un núcleo silábico puede haber una vocal: "sed"; dos vocales: "pie", y hasta tres: "miau". Los monosílabos no siguen las normas que clasifican a las palabras según donde lleven el acento en agudas, llanas y esdrújulas, porque han de tener más de una sílaba para seguir dicha clasificación.

Un diptongo está formado por la combinación de vocales abiertas (a, e, o) y cerradas (i, u), da lo mismo que vaya primero la cerrada o la abierta y, también, por la combinación de dos cerradas. Por tanto, serían diptongos: ai, ia, au, ua, ei, ie, eu, ua, oi, io, ou, uo, iu, ui. Para que estas combinaciones constituyan diptongos, el acento o mayor intensidad con la que se pronuncia una sílaba tiene que recaer en la vocal abierta; si fuera al revés, sería un hiato. En el caso de cerrada+cerrada, el acento recae en la segunda vocal.

Un triptongo, a su vez, está formado por vocal cerrada+abierta+cerrada, y el acento recae en la abierta. Así, una palabra de una sola sílaba puede llevar como núcleo una sola vocal o dos, en el caso del diptongo, o tres, en el caso del triptongo.

Las normas ortográficas de la RAE de 2010 dicen: "Las palabras de una sola sílaba no se acentúan nunca gráficamente, salvo en los casos de tilde diacrítica". Y advierte: "Se escribirán siempre sin tilde palabras como "guion", "truhan", "ion", "fie", "liais", etc., aunque para una parte de los hispanohablantes (los que articulan con un hiato las secuencias que contienen) estas voces sean bisílabas en su pronunciación".

En resumen, la Ortografía de la RAE de 2010 determina que, para aunar criterios de acentuación y colocación de la tilde en los monosílabos entre todos los hispanohablantes, pasan a considerarse monosílabas y, por tanto, a no llevar tilde:

1-Formas verbales como: crie, crio, criais, crieis (de criar); fie, fio, fiais, fieis (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio, friais (de freír); frui, fruis (de fruir); guie, guio, guiais, guieis (de guiar); hui, huis (de huir); lie, lio, liais, lieis (de liar); pie, pio, piais, pieis (de piar); rio, riais (de reír).

2-Sustantivos como: guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan.

3-Ciertos nombres propios como: Ruan y Sion.

"Las palabras antes mencionadas se escribirán obligatoriamente sin tilde, sin que resulten admisibles, como establecía la Ortografía de 1999, las grafías con tilde."  (Ortografía RAE 2010)



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

sábado, 15 de diciembre de 2018

Aproximación a la lectura. Cuento




La segunda compuerta[1]




Un espeluznante chirrido la sacó de su sueño. Apartó el antifaz de sus ojos y la oscuridad era absoluta, solo el estrellado firmamento la alejaba de la nada de la inexistencia. Lo último que recordaba antes de dejarse llevar en los brazos de Morfeo, era una hermosa panorámica de la impresionante selva amazónica que cubría con un hermoso manto profundamente verde todo lo que abarcaba la mirada. Decidió esperar la llegada del alba para ver qué había pasado y pensar en alguna salida.

Cuando los primeros albores empezaron a descubrir el dantesco espectáculo, que jamás hubiera podido imaginar, notó que los latidos de su corazón se aceleraban y que la presionaban agobiantemente en la garganta y en las sienes. Intentó tranquilizarse inspirando y espirando el aire lentamente, y se decidió a dar una vuelta por el amasijo de chapas y hierros en el que se había convertido el enorme avión que había tomado horas antes con doscientos veinte pasajeros a bordo. Gracias a Dios no se observaban restos humanos, por lo menos superficialmente, y, asustada y aturdida por los pensamientos que la asaltaban, se dirigió hacia la cola del aparato, donde escuchó lo que parecía el llanto de un perro; levantó algunas chapas y en el interior de dos jaulas aparecieron dos perros vivos, un Golden macho y una hembra mestiza, a los que rebautizó como Vivo y Estrella.



¿Te gusta?, es el principio de un cuento del libro de relatos Acuarela de verdes del que puedes obtener información si pinchas en Mis publicaciones, en el lado derecho superior de este mismo blog donde dice: "Entra en esta página y podrás ver mis publicaciones", y, después, en el propio libro.

Escribir se ha convertido para mí en una necesidad, en una liberación de la mente en momentos en los que no te puedes permitir reflexionar demasiado sobre los aconteceres de tu vida. Los protagonistas de estos cuentos han sido algo más que personajes de ficción, ya que han caminado conmigo, se han despertado a la vez que yo y, sobre todo, han tenido mi pensamiento entretenido y ocupado en la creación de su propia vida.

De ellos ha afirmado "mi particular" prologuista: "Como una  acuarela con sus distintos tonos, cada uno de sus relatos adentra al lector en diferentes mundos provocando los vértigos, miedos y descargas de adrenalina de acrobacias imposibles, junto a las más tiernas escenas. La magia de estos relatos cautiva al lector y lo convierte en protagonista de la acción provocando, en no pocas ocasiones, las mismas sensaciones que se describen con detalle exquisito y elegante".








[1] Es la compuerta del ensueño que permite que uno despierte de un sueño en otro sueño.



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 13 de diciembre de 2018

Cordiales de almendra. Receta de la abuela




Las recetas que comparto con vosotros son algo más que meros listados de ingredientes para hacer dulces, porque llevan el sello de "tradicionales" y eso imprime carácter. Esta, como la de los polvorones, me la transmitió la abuela de mi marido, que hoy superaría los cien años. Cada vez que hago estos dulces revivo el mismo ritual desde los preparativos y siempre viene a mi memoria aquella primera tarde en la que aprendí a dar forma a las masas y a los exquisitos bocados cuya elaboración a continuación os transmito.

Utensilios necesarios

-un recipiente para hacer la masa

-útiles para el horno



Ingredientes

-5 huevos medianos (si se queda la masa dura puede añadirse otro huevo)

-ralladura de limón

-650 gramos de azúcar

-1 kilo de almendra cruda, escaldada y molida (sirve la picadora del tercer brazo para molerla)

-1 kilo de cabello de ángel

-obleas para forrar los útiles del horno

-azúcar glas para espolvorear después de hechos

-una copita de anís seco para mojarse las manos si se pega en ellas la masa



Modo de hacerlos

Antes de empezar a hacer la masa, precalentamos el horno a 180º o 190º y cubrimos los útiles para hornear con obleas.

En primer lugar, en el recipiente preparado para este fin, hacemos la masa introduciendo los ingredientes en el orden indicado anteriormente. Seguidamente, vamos cogiendo masa y hacemos bolitas con ella y en el centro, con un dedo, abrimos un huequecito que rellenamos de cabello de ángel y que después cerramos con cuidado. Cada una de estas bolitas se colocará sobre las obleas y, cuando esté cubierto todo el recipiente, lo metemos al horno y vigilamos la cocción, ya que se hacen pronto, en unos 20 o 25 minutos.

Para terminar, cuando estén fríos, los espolvoreamos con azúcar glas y los colocamos en una caja forrada de papel de seda y plástico, con el fin de que no se resequen.

Espero que os gusten y que os animéis a hacerlos. ¡Ah!, como sabéis, la cocina no entiende de sexos.  



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

viernes, 7 de diciembre de 2018

La nuez, regalo de la naturaleza




Conocemos como nuez (del latín nux, nucis) al fruto del nogal (del latín tardío nucālis 'del grosor de una nuez', 'relativo a la nuez', derivado a su vez del latín nux, nucis 'nuez'). Este árbol, originario de Persia, se conoció en Europa a través de Grecia e Italia. Pertenece a la familia de las yuglandáceas y su fruto es muy beneficioso para la salud.

La nuez es uno de los alimentos más ricos en grasas saludables con alto contenido en proteínas, vitaminas del grupo B, aminoácidos esenciales, como la lecitina, y aceites en forma de ácidos grasos omega 3. También contiene vitamina A, ácido fólico y magnesio.

Entre otros beneficios, favorece la circulación, la producción de glóbulos rojos, estimula el sistema nervioso y la actividad intelectual y es un antiinflamatorio natural rico en fibra. Por su alto contenido en calcio (94 mg cada 100 gramos del producto) es recomendable para la osteoporosis.

La nuez es un fruto seco altamente calórico (tiene entre 650 y 700 calorías por 100 gramos), pero sus beneficios son tan altos que tres o cuatro nueces al día (cada nuez tiene entre 25 y 30 calorías) pueden formar parte de la dieta. Además, por qué privarse de lo que te proporciona tanto sin estar transformado en medicamento. A veces la naturaleza puede ser un buen recurso preventivo de enfermedades.  
   


--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 6 de diciembre de 2018

Palabras con encanto. Abotargarse, repelos




Si escuchamos a la gente mayor y prestamos atención a su vocabulario, nos daremos cuenta de que estamos perdiendo un importantísimo caudal léxico local que es, junto con las tradiciones, lo que distingue a unos pueblos de otros. Digo pueblos y no exagero, porque ha llegado a mis manos un Palabrero Calasparreño que nada o poco tiene que ver con el nuestro, si es que aceptamos esa denominación. En esta entrada vamos a reflexionar sobre dos palabras que espero que escuchéis a partir de ahora, porque muchas veces nos pasa desapercibido lo que no conocemos.

Abotargarse: Sentir cargazón o pesadez en la cabeza a causa de una enfermedad, fiebre o congestión. Esta es la acepción recogida por el padre Ortín en su Vocabulario del Noroeste Murciano y la que empleamos en Caravaca. El DRAE recoge "abotagarse" (de una raíz romance bott-, de origen expresivo), pero como hinchazón que afecta al cuerpo o parte de él.

Repelo: esta palabra con el significado que le damos en esta zona no está recogida ni en el DRAE ni en el Vocabulario del padre Ortín. Nosotros decimos: "Tengo repelos de frío" cuando notamos escalofríos o sensación de frío antes de que suba la fiebre.

El DRAE recoge "repelo" (palabra procedente de "pelo" más el prefijo "re-") con el significado en su primera acepción de "aquello que no va al pelo" y, si pensamos bien qué es un "repelo", podemos concluir que, cuando sentimos escalofríos, el pelo se levanta, es decir, "no va al pelo"; en la segunda acepción señala: "Parte pequeña de cualquier cosa que se levanta contra lo natural"; además, recoge la locución adverbial "a repelo" con el significado "en contra de la dirección normal del pelo". Podemos concluir que el significado con el que empleamos esta palabra en nuestro pueblo no dista tanto del que muestra el DRAE y que lo que hacemos es una interpretación del mismo.                                                                



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 2 de diciembre de 2018

Polvorones de almendra. Receta de la abuela




Esta receta tradicional la aprendí de la abuela de mi marido, que hoy tendría más de cien años, y a ella se la habían enseñado sus familiares, por tanto, tiene bien merecido el calificativo "de la abuela".

Utensilios necesarios

-un recipiente grande para la masa

-útil para el horno (nosotros lo llamamos "tartera")

-vaso de boca pequeña

-papel de seda (que cortaremos adaptado al tamaño del polvorón)



Ingredientes (para unas 60 unidades)

-250 gramos de manteca de cerdo

-500 gramos de almendra pelada, tostada y molida (la puedes comprar pelada y moler en la picadora del tercer brazo)

-ralladura de un limón mediano

-250 gramos de azúcar glas (es la reducida a polvo)

-250 gramos de harina



Modo de hacerlos

En primer lugar, encendemos el horno y lo precalentamos a 180º o 190º y ponemos en las tarteras papel para horno.

Por otro lado, batimos la manteca en el recipiente que hemos preparado para hacer la masa hasta que adquiera la textura de un yogur.  A continuación, incorporamos los ingredientes en el orden en el que están indicados en el apartado anterior y los introducimos uno a uno.

Seguidamente, espolvoreamos harina en la superficie en la que vayamos a cortar los dulces, cogemos una bola de masa, la aplastamos sobre la harina y dejamos un dedo de grosor. Después, con el vasito untado en harina, vamos cortando los polvorones y, ordenadamente, los vamos colocando en la tartera.

Debemos tener en cuenta que, como se cuecen pronto, en unos 20 o 25 minutos, y cada horno tiene sus particularidades, los tenemos que vigilar.

Por último, cuando se hayan enfriado, los espolvoreamos con azúcar glas y los envolvemos en el papel de seda. Si los guardamos en un lugar en el que no tengan mucho calor, pueden durar meses. Están exquisitos y, como siempre repito, la cocina no entiende de sexos.   




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 25 de noviembre de 2018

Oración a san Antonio de Padua para encontrar lo extraviado. Tradición oral



Siempre me ha llamado la atención la tradición oral porque, cuando era bien pequeña, mi bisabuela me sentaba a su lado y cada día me recitaba oraciones que todavía permanecen en mi memoria. La que voy a compartir con vosotros la he podido recuperar en su totalidad gracias a la memoria de mi tía Cruz, porque me faltaban fragmentos. Según mi bisabuela esta oración se rezaba cuando se perdía algo y lo extraviado se encontraba con seguridad. Como ya sabéis, la fe mueve montañas y por qué no creer que el santo al que se le reza nos favorece con la recuperación de lo que hemos perdido y tanto apreciamos. ¡Ah!, mi bisabuela murió con noventa años hace medio siglo y no sabía ni leer ni escribir, porque entonces la gente estaba en otras cosas.

 

Oración a san Antonio de Padua para cuando se te pierde algo

San Antonio bendito, en Padua, Padua naciste,

en Italia te criaste,

en el púlpito de Nuestro Señor Jesucristo predicaste.

Predicando como estabas

tuviste revelación

que a tu padre iban a ahorcar,

del púlpito te bajaste,

el libro viático se te cayó,

la Virgen Santísima se lo encontró

y tres voces te echó:

beato Antonio, beato Antonio,

beato Antonio, vuelve atrás

que lo perdido lo encontrarás,

lo lejano lo acercarás

y lo olvidado lo recordarás.

Por el cordón que ceñiste,

por la palma que llevaste,

tres padrenuestros te he de rezar

bajo estas tres señas: niño llorar, perro ladrar o puerta cerrar.

 

Tras recitar la oración se rezan los padrenuestros y, si prestas atención, seguramente escucharás al niño llorar, al perro ladrar o cerrar una puerta. A continuación, busca lo perdido donde creas que lo extraviaste y posiblemente lo encontrarás.     




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

martes, 20 de noviembre de 2018

¿Mamá, es que te crees que soy tonto/a? Vamos a escaldar almendras




Quitar la piel a las almendras es fácil si sigues mis consejos. En primer lugar, compra almendra libre de cáscara. Según la cantidad a escaldar, prepara un cazo o cacerola con agua y llévala a ebullición. Cuando esté hirviendo, echa un puñado de almendra y la dejas dos o tres minutos en el agua, sin apartarla del fuego. A continuación, retira con cuidado una almendra y prueba a quitarle la piel y, si sale con facilidad, ya está para sacarla del fuego. Con una rasera la extraes con cuidado, la dejas en un escurridor de verduras y vas repitiendo la operación hasta que esté toda la almendra escaldada. Una vez pelada, la dejas un par de días para que se seque bien.

Si quieres preparar almendras fritas para el aperitivo, en primer lugar, prepara un plato con papel de cocina doble para echar la almendra una vez frita y pones en el fuego una sartén mediana con un par de dedos de aceite; no dejes que llegue a echar humo, pero caliéntalo bien y pon un puñado de almendra que debes de remover constantemente para que se haga de manera uniforme. Cuando veas que empieza a dorarse, la sacas con la rasera con mucho cuidado y le pones sal recia. Una vez fría, la guardas en un recipiente hermético y verás cómo dura mucho tiempo.

Si lo que quieres es un aperitivo menos calórico, pones almendra en el horno sobre papel para hornear, le das vueltas de vez en cuando y, cuando la saques, le pones sal. Estas almendras toman menos la sal que las fritas.

Para hacer bizcochos o dulces, hay que molerla y se puede hacer en la picadora del tercer brazo o en cualquier molinillo.

La cocina es entretenida y no entiende de sexos, por lo tanto, animo a la gente joven a que se ponga el delantal y a que se sorprenda al comprobar que, cuando se colocan las viandas en la mesa, no se distingue el sexo de quien las ha preparado. Pero no vale dejarlo todo enredado, pues las actuaciones estelares las reservamos para esos programas de la tele que se han puesto tan de moda; la cocina se deja como se encuentra, supongo que desenredada.





--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Los nombres de los dulces de Navidad




En la repostería, los nombres de los dulces, a veces, nos ayudan a intuir el contenido del manjar que se nos ofrece. En nuestra tierra la nomenclatura de los dulces de Navidad es amplia y, para facilitar su lectura, la he dividido en dos capítulos, el de los productos más humildes por los componentes básicos en su elaboración, titulado Los dulces de Navidad, y el que me ocupa, en el que abordaré los hechos con frutos secos, especialmente almendra.

Cordiales: elaborados a base de huevo, almendra pelada y molida sin tostar y azúcar, con relleno de cabello de ángel. Esta acepción no está recogida en el DRAE, pero sí en El Vocabulario del Noroeste Murciano del padre Ortín. Esta palabra procede de la voz latina cor, cordis que significa "corazón, esfuerzo, ánimo" y, por supuesto que reconforta y anima este exquisito bocado para el paladar.

Mazapán: obtenido tras una mezcla de clara de huevo con almendra cruda pelada y molida y azúcar, con relleno de cabello de ángel o de yema. Según el Diccionario de la RAE, quizá el nombre proceda del árabe hispánico pičmáṭ, y este del griego παξαμάδιον paxamádion "bizcochito", influido por masa y pan. Es un bocado muy especial.

Pan celestial: con mezcla de huevos, almendra cruda pelada y molida, azúcar y relleno de cabello de ángel. Según el Diccionario de la Rae "pan", en una de sus acepciones, es una pieza de distintas cosas con forma redondeada y "celestial" significa relativo al cielo, perfecto, delicioso. Y es cierto que este dulce es un bocado delicado y de gran exquisitez.

Polvorones: con manteca, harina, azúcar glas y almendra pelada, tostada y molida. Este delicado dulce se deshace y se pulveriza en cuanto llega a la boca. Según la información del DRAE el nombre procede de "pólvora": partículas a que se reduce una cosa sólida.

Fruta fanfarrona: muchas veces recuerdo este dulce que conocí gracias a mi amiga Mª Rosa; desde la primera vez que oí su nombre, me llamó la atención y, cuando lo probé, me encantó. Como a mí siempre me gusta saber por qué las cosas se llaman de esta o aquella manera, tras buscar información en el Diccionario de la RAE y confirmar que "fanfarrona" significa que tiene mucha apariencia y hojarasca, deduje que este nombre le viene de unos ingredientes humildes que quieren hacer las veces de las almendras y avellanas del alfajor.  Este dulce lleva miel y unas tortas de harina fritas que se cortan en pedazos y se mezclan con ella y esta mezcla se pone entre dos obleas, de manera que parece lo que no es, pero da muy bien el pego.

Sobre el alfajor y las picardías hay varias entradas en este blog. Más adelante os facilitaré las recetas pormenorizadas de estos exquisitos dulces que podéis hacer en el horno de vuestra casa.   





--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 11 de noviembre de 2018

Dislates lingüísticos. Confusión con la tilde en "este, ese y aquel" y "solo"



Cada vez veo más confusión en la gente a la hora de poner tilde o no a los pronombres demostrativos: este, ese y aquel y al adverbio solo. La ortografía de la lengua española de la RAE de 2010 es clara al respecto, pero es más cómodo dejarse llevar por lo que dicen que han dicho en tal lugar o tal persona. En fin, intentaré aclarar esta cuestión lo mejor posible para ver si os saco de dudas.

En este, ese y aquel, pronombres demostrativos, es decir, cuando no acompañan al sustantivo, sino que lo sustituyen (Este come, ese mira y aquel paga.) "a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde". Antes se le ponía cuando había confusión entre si era pronombre demostrativo o determinante demostrativo, pero, como la RAE considera que estos casos son muy poco frecuentes y que son fácilmente resueltos por el contexto, ha decidido dejar la decisión de poner la tilde o no al usuario del idioma.

Lo mismo ocurre con el adverbio solo, que equivale a solamente. Si por cualquier motivo tienes que pedir por escrito que te pongan un café solo, si consideras que el receptor de tu nota no se va a aclarar, tienes la libertad de poner la tilde si lo que quieres es un café y nada más.

Por tanto, como La ortografía de la lengua española de la Rae dice textualmente: "se podrá prescindir", mi consejo es que no la pongáis nunca y así "Quien evita la ocasión, evita el peligro".




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

sábado, 10 de noviembre de 2018

Lero, regomello. Palabras con encanto




Después de escuchar una serie de palabras a lo largo de nuestra vida, nos pensamos que las conoce todo el mundo. La sorpresa es mayúscula cuando vamos al diccionario y no encontramos esta o aquella voz que hemos oído siempre en nuestra casa, en nuestros vecinos o en nuestros amigos y nos damos cuenta de que aquella persona que en una ocasión puso cara rara al oírnos emplearla tenía razón, porque para ella era la primera vez que la escuchaba. Además, aunque una palabra esté recogida en el DRAE, no tiene por qué ser conocida en toda la geografía nacional, máxime si el diccionario señala que es un localismo.

Lero: voz no recogida en el DRAE con el significado que tiene en esta zona del noroeste de Murcia. Según el padre Ortín en su Vocabulario del Noroeste Murciano, es un sustantivo masculino referido a una araña grande y negra que anida en el suelo, tarántula, cuyo cuerpo de unos tres centímetros de largo es negro por encima y rojizo por debajo, con patas fuertes; vive entre las piedras o agujeros profundos que hace en el suelo, y es venenosa: Lycosa tarantula.

Entre la gente de la huerta se llama lero a cualquier araña grande, especialmente a las arañas de la uva que son grandes y negras, pero no venenosas.

Regomeyo: voz recogida en el DRAE como andalucismo y murcianismo con dos acepciones, la primera se refiere a un sustantivo masculino que expresa malestar físico que no llega a ser verdadero y la segunda, también nombre masculino, se refiere a un disgusto que no se revela al exterior.

Regomello solo se refiere a murcianismo y yo únicamente me quedaría con la segunda acepción del DRAE, porque es lo que yo siempre he entendido que significa esta palabra en el uso que la escucho. El padre Ortín también recoge en su Vocabulario del Noroeste murciano esta voz con el significado de la primera acepción del DRAE y como remordimiento.



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 8 de noviembre de 2018

Los dulces tradicionales de Navidad




Cuando llega el tiempo de las castañas, nos avisa de que la Navidad está próxima. Las costumbres y con ellas las tradiciones van evolucionando, de manera que nos parece que ya nada es lo que era. Por supuesto que la nostalgia y la memoria idealizada de los olores y de los sabores juega un papel importantísimo para que sintamos lo nuevo como sucedáneo de lo de otro tiempo.

Ya hace bastantes años que, cuando voy a alguna casa en las fechas navideñas, no me sacan la bandeja de dulces para convidarme por la fiesta. Es una buena y dulce costumbre que, como otras, está desapareciendo, si es que ya no ha desaparecido. Me encantaba, sobre todo, probar las distintas versiones del alfajor, porque cada familia tiene su particular forma de mezclar los ingredientes y de prepararlos y de dar el grosor a la oblea. Los mantecados tradicionales, los que solo llevan manteca, azúcar y harina, son tan diversos como los gustos de quienes los hacen: más o menos canela, ralladura de limón, con más o menos grosor, pero todos ellos presentan la particularidad de los moldes de hojalata en forma de estrella, media luna, flor… Los distintos componentes de los rollos: de anís, de naranja, de vino, de manteca, son una muestra de la variada repostería de nuestra tierra que se puede degustar sin esperar a que llegue la Navidad. Los mantecados manchegos, rebozados en azúcar glas, nunca faltan en los domicilios donde todavía se hacen estos manjares tradicionales y, por supuesto, los jugosos pasteles de cabello de ángel siempre ocupan un lugar importante en la bandeja que habitualmente acompaña a las sobremesas hasta san Antón, porque, como siempre nos han dicho los abuelos: "Hasta san Antón Pascuas son".

Este era el tipo de dulces que, junto con el alfajor, siempre estaba preparado en un plato elegante o en una bandeja para las visitas; los más finos los guardaba la familia porque eran más caros y, por eso, menos abundantes.  La verdad es que a mí todos estos dulces me gustan cuando están revenidos, cada uno tiene sus manías, porque creo que tienen mejor sabor que recién hechos, aunque a los golosos cualquier opción nos sirve.



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

sábado, 27 de octubre de 2018

Momentos íntimos. La belleza del momento


A veces me paro a pensar en el devenir de nuestra vida y me asombro de lo rutinaria que puede llegar a ser nuestra existencia. Creo que no hemos venido a este mundo a dejar pasar el tiempo sin pararnos a disfrutar de lo que nos rodea y, por eso, debemos cambiar de actitud y darnos un respiro para descubrir el encanto de nuestro entorno.

Qué sentido tiene pasar junto a la belleza y no verla porque no tenemos costumbre de mirar lo que nos rodea: la sublimidad de un árbol en plenitud o en su ocaso otoñal, la magia del vuelo de una pequeña mariposa que aletea de flor en flor, la majestuosidad de un pájaro parado en la rama de un árbol, un tímido arcoíris que engalana un cielo todavía tormentoso, la cadencia de la lluvia en las tardes de otoño, la luz de un lejano rayo en una noche de tormenta. Todo esto y mucho más nos perdemos si no miramos a nuestro alrededor porque no hay que salir de la ciudad para sentir lo bello y prendarnos de la hermosura natural que nos rodea.

Os invito a que abráis los ojos y despertéis vuestra sensibilidad ante el hechizo de la belleza del momento.




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 21 de octubre de 2018

El kiwi, un regalo de la naturaleza




La palabra kiwi es de origen maorí, lengua de los aborígenes de Nueva Zelanda. Cuando fue introducido este producto procedente de China en ese país a principios del siglo XX, le pusieron este nombre por la semejanza de la forma de la fruta con la de un pájaro que se llama así. Reciben esta denominación tanto el arbusto trepador como la fruta que produce de piel ligeramente vellosa y pulpa de inconfundible color verde.

Deberíamos tomar un kiwi cada día porque es rico en antioxidantes y vitamina C (98 mg por cada 100 gramos de fruta, casi el doble que la naranja o el limón). Refuerza el sistema inmunitario, mejora el tránsito intestinal, es diurético, ayuda a la digestión y un montón de beneficios que no podemos despreciar.

Recuerdo la sorpresa que llevé la primera vez que vi un kiwi abierto porque no me podía imaginar que una fruta tan fea por fuera, me recordaba los excrementos de los caballos, fuera de tal belleza por dentro. Lo trajo de Madrid, de Aranjuez, mi novio, hoy mi marido, cuando hacía la mili y creo que es de los primeros que visitó este pueblo. Hoy es tan corriente ver kiwis en todos los comercios que nos parece que han estado ahí toda la vida con las naranjas, las mandarinas y otras frutas más de nuestra tierra.

Os aconsejo que, si queréis mantener los resfriados a raya, comáis un kiwi al día y, por supuesto, las naranjas y mandarinas que os apetezcan, porque no podemos despreciar tales regalos a nuestra madre Naturaleza.





--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 14 de octubre de 2018

Mamá, ¿es que te crees que soy tonto/a? Planchar es fácil




Mira, planchar es fácil si tienes en cuenta algunas recomendaciones:

1-La ropa está confeccionada con tejidos diferentes y no toda se puede planchar con el mismo calor; la plancha dispone de un círculo que se mueve y que te indica la intensidad del calor. Además, la ropa lleva en una etiqueta, que suele ser la más larga, indicaciones de temperatura para su planchado.

2-Si la plancha tiene vapor, comprueba que está apagada antes de llenar el compartimento destinado al agua. Ten en cuenta que el vapor, si sale con mucha intensidad, puede quemarte las manos. Me imagino que también se podrá regular la salida de vapor en tu plancha.

3-Ten en cuenta que, cuando el género que tienes que planchar es muy delicado, aunque no lo pongan en las indicaciones de planchado, debes de poner un trapo limpio sobre el tejido, así no sacará brillos ni se quedará señalada la plancha.

4-Si planchas pantalones oscuros, camisas…, pon también el trapo. La raya de los pantalones la debes de señalar bien para que no se hagan varias señales porque está muy feo.

5-Si tiendes la ropa bien y, cuando la recoges, tienes cuidado de que no se arrugue, te costará menos trabajo planchar.

6-Si te quemas al planchar, ten siempre a mano aloe vera y échate con mucha frecuencia. Y, si ves que es muy grande el quemado, te vas al médico.

¡Ah!, se me olvidaba, si alguna vez se mancha la plancha con algún género que se ha pegado, compra estropajo de acero inoxidable tipo nanas y, con la plancha fría, le das hasta que quede limpia. No olvides vaciar el agua sobrante del planchado y nunca guardes la plancha caliente.  



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 11 de octubre de 2018

Tartera. Palabras con encanto




En Caravaca la palabra "tartera" se refiere tanto al continente como al contenido, es decir, al recipiente en el que ponemos el guiso y al guiso mismo. Una tartera bien hecha lleva patatas peladas y cortadas por la mitad a lo largo, carne que puede ser conejo, cordero, cabeza de res…, tomate y cebolla cortados a trozos largos, piñones en abundancia, ajos, guíscanos, si es el tiempo, sal, aceite, pimienta molida y un buen chorro de vino tinto. Luego, a la hora de comer la tomamos con ajo en el mortero, que puede llevar yema de huevo o no, pero no le puede faltar ni un buen aceite ni abundante ajo.

Esta acepción, aunque sí la palabra, no está recogida en el DRAE, pero el Vocabulario del Noroeste Murciano del padre Ortín la refleja y dice que es una llanda (voz no recogida en el DRAE), bandeja de hojalata, plana y rectangular. Y nos informa de que es un uso restringido en Caravaca y que está reflejado en algunos vocabularios.

Por lo tanto, lo que para muchos es un asado para nosotros es una tartera; lo que unos conocen como llanda o rustidera, es para nosotros una tartera y ninguna de estas denominaciones es incorrecta, sino que son localismos.

Como anécdota os voy a contar algo que me aconteció hace ya algunos años. En Huéscar de Granada, en el tablón de anuncios de la sala de profesores colgaron el menú para la cena previa a la Navidad que consistía en latas de carnes variadas. Me pareció una oferta sugerente y esperaba con ansiedad ver el nuevo plato cuyo nombre prometía. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré las mesas llenas de tarteras y llegué a la conclusión de que la lata y la tartera eran la misma cosa. En aquel momento aprendí a preguntar por el contenido de sugerentes nombres de platos que pueden contener algo cotidiano y no es que no estén buenos, pero, para comer calabaza frita con cebolla, bastante tengo con la de mi casa.  



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

lunes, 8 de octubre de 2018

Berenjenas a la crema. Cocina




Exquisito plato para agradar al paladar. Su elaboración no es muy complicada y se puede dejar preparado el día anterior. Vamos a ver los ingredientes para cuatro personas.

Utensilios necesarios

-recipiente para hornear

-sartén, varillas, cuchara sopera para la bechamel

Ingredientes

-2 o 3 berenjenas

-2 docenas de gambas peladas

-200 gramos de jamón serrano en finas lonchas

-aceite, sal, harina

Modo de hacerlas

En primer lugar, pelamos las berenjenas y se pueden preparar de dos maneras:

1-Las rebozamos en harina, tras espolvorearlas con sal, y las freímos en abundante aceite con la precaución de ponerlas después en papel de cocina para que suelten el aceite que les sobra.

2-Las colocamos directamente en el recipiente para hornear, les ponemos sal, un chorrito de aceite y papel de aluminio por encima y las metemos al horno precalentado a 170º o 180º. Cuando se puedan pinchar, se sacan.

Obviamente, la segunda opción es más ligera de digerir y tiene menos calorías y está igualmente rica.

A continuación, colocamos las berenjenas montadas un poco unas en otras, las cubrimos con gambas peladas y estas, con una capa de jamón.

Para terminar, hacemos bechamel con la textura de un yogur, la extendemos sobre el jamón y echamos queso rallado al gusto para gratinarlas. Como las gambas están crudas, se debe calentar el horno y cocer de 10 a 15 minutos y después gratinar al gusto.

La receta de la bechamel la tenéis en otra entrada de este blog y os aconsejo, si las gambas son con piel, que cozáis las cabezas y aprovechéis el caldo para la bechamel. Este plato se puede comer recién hecho o uno o dos días después y se puede congelar.

¡Ánimo! ¡Sorprende a tus amigos! Y, ya sabéis, la cocina no entiende de sexos.







--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura