sábado, 10 de noviembre de 2018

Lero, regomello. Palabras con encanto




Después de escuchar una serie de palabras a lo largo de nuestra vida, nos pensamos que las conoce todo el mundo. La sorpresa es mayúscula cuando vamos al diccionario y no encontramos esta o aquella voz que hemos oído siempre en nuestra casa, en nuestros vecinos o en nuestros amigos y nos damos cuenta de que aquella persona que en una ocasión puso cara rara al oírnos emplearla tenía razón, porque para ella era la primera vez que la escuchaba. Además, aunque una palabra esté recogida en el DRAE, no tiene por qué ser conocida en toda la geografía nacional, máxime si el diccionario señala que es un localismo.

Lero: voz no recogida en el DRAE con el significado que tiene en esta zona del noroeste de Murcia. Según el padre Ortín en su Vocabulario del Noroeste Murciano, es un sustantivo masculino referido a una araña grande y negra que anida en el suelo, tarántula, cuyo cuerpo de unos tres centímetros de largo es negro por encima y rojizo por debajo, con patas fuertes; vive entre las piedras o agujeros profundos que hace en el suelo, y es venenosa: Lycosa tarantula.

Entre la gente de la huerta se llama lero a cualquier araña grande, especialmente a las arañas de la uva que son grandes y negras, pero no venenosas.

Regomeyo: voz recogida en el DRAE como andalucismo y murcianismo con dos acepciones, la primera se refiere a un sustantivo masculino que expresa malestar físico que no llega a ser verdadero y la segunda, también nombre masculino, se refiere a un disgusto que no se revela al exterior.

Regomello solo se refiere a murcianismo y yo únicamente me quedaría con la segunda acepción del DRAE, porque es lo que yo siempre he entendido que significa esta palabra en el uso que la escucho. El padre Ortín también recoge en su Vocabulario del Noroeste murciano esta voz con el significado de la primera acepción del DRAE y como remordimiento.



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura