jueves, 19 de julio de 2018

Remolajas, remor. Palabras con encanto


Remolajas: esta palabra no la recoge el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Nosotros la empleamos con el mismo significado con el que aparece en el Vocabulario del Noroeste Murciano de G. Ortín de desperdicios, sobras, residuos. Es lo remolido que queda al cortar o pulir algo.

Esta voz se forma partiendo de la raíz del verbo" remoler" remol- más el sufijo -aja (DRAE: del latín –aculus o –aticus y que forma sustantivos con valor entre despectivo y diminutivo).

 

Remor: voz no recogida en el DRAE. La empleamos en esta zona de Murcia con el mismo significado que recoge G. Ortín en su Vocabulario del Noroeste Murciano: dolor sutil y prolongado, sensación molesta no muy aguda.

Según la misma fuente, es una variante metafórica de "rumor" que significa ruido confuso de fondo.



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 12 de julio de 2018

Mamá, ¿es que te crees que soy tonto/a? Las manchas





Si te cae una mancha de aceite, ya sabes que hay que quitarla antes de poner la lavadora. Un método barato e infalible es darle con jabón de toda la vida de lavar a mano en seco.

Darle en seco no significa que no mojes el jabón, sino que no mojes la prenda. Hay que mojar el jabón bastante y darle a la mancha y, después, restregar con las dos manos. Si quieres tener la seguridad de que se ha ido, repite la operación y, a continuación, lavas a mano o en lavadora.

Si la mancha es sobre ropa nueva o delicada, cogemos la zona donde está el lamparón y le ponemos debajo un trapo de algodón, o que empape bien, mojamos el jabón pero no la tela y lo aplicamos sobre el tejido y, después, frotamos con un cepillo de dientes suavemente o con un trapo. Podemos dejar unos minutos para que haga efecto el jabón. Verás cómo la mancha se transfiere al paño de debajo. Si es necesario, repetir la operación. A veces no hace falta lavar después. Además de jabón de lavar, se puede poner Fairy o detergente de lavadora.

Si en vez de aceite la mancha es de tinta, le pones leche y un trapo debajo, frotas con algo, vas cambiando el trapo a una zona limpia y repites si es necesario. Después le das con jabón y restriegas, a veces hay que aburrir a las manchas repitiendo la misma operación varias veces; yo así he quitado manchas de bolígrafos que se han vaciado en los bolsillos.

Si el jabón para quitar manchas es casero, mejor que mejor.   

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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

martes, 10 de julio de 2018

Momentos íntimos. El tiempo emocional


El tiempo pasa y nos pasa y aseguran que nos hace más sabios por la experiencia adquirida. Pero, ¿a quién le gusta ver en su persona las huellas de su transcurrir? Aunque lo que es irreversible, nos guste más o menos, lo tenemos que asumir. Hay numerosas formas de enfrentarse al paso del tiempo que resumo en dos: plantándole cara a su inexorabilidad o asumiendo y disfrutando  lo que iba a venir y que ya va llegando.

El tiempo afecta y condiciona cada momento de nuestra existencia; individualmente las percepciones de su paso varían según el estado anímico del ser. Seguramente hemos escuchado alguna vez decir o hemos dicho: "¡Ya!, ¿se ha pasado el tiempo ya?" o "¡Madre mía!, han pasado solo cinco minutos y yo creía que pasaron horas".

La subjetividad del tiempo depende de la apreciación del individuo, pero podemos objetivar el hecho de que lo bueno se percibe breve y lo malo lento. Ya en el siglo XV Jorge Manrique reflexionó sobre este hecho y lo dejó escrito en Las Coplas a la muerte de su padre: (…) No se engañe nadie, no,/pensando que ha de durar/lo que espera/más que duró lo que vio,/pues que todo ha de pasar/por tal manera.(…) Como vemos, épocas diferentes pero idénticas percepciones porque la esencia del ser no se ve afectada por el devenir de los tiempos.



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

lunes, 9 de julio de 2018

Cocina. Bizcocho de yogur con estevia

Tiempo de elaboración
Un cuarto de hora para hacer la masa y entre 45/55 minutos de cocción en el horno.
Utensilios
-un bol
-un recipiente para horno
-papel de horno
Ingredientes
-tres huevos
-un yogur natural
-cinco cucharadas soperas de estevia en polvo
-un yogur no lleno de aceite
-tres yogures de harina
-un sobre de levadura
-una pizca de sal
Modo de hacerlo
Ponemos el horno a precalentar a 190 grados, arriba y abajo si es eléctrico, y forramos con papel de horno el molde elegido.
En primer lugar, batimos en el bol los tres huevos con una pizca de sal, añadimos el yogur, la estevia, el aceite y removemos muy bien. En segundo lugar, echamos dos yogures de harina y removemos y con el tercer yogur añadimos la levadura. A continuación volcamos la masa en el molde y la metemos al horno durante 45/55minutos.
Ideas para variar el bizcocho
a)       Podemos añadir a la masa antes de su cocción dos o tres cucharadas soperas de cacao puro en polvo sin azúcar, disuelto en medio vaso de leche, y nueces al natural.
b)       Podemos mezclar frutos secos naturales con la masa y, también, ponerle por encima, espolvorear azúcar antes de cocerla o azúcar glas después de su cocción. Cuando esté frío, lo cortamos en tres capas y ponemos mermelada entre ellas, de la que os di la receta, también hecha con estevia.  Si os gusta el bizcocho calado, lo podéis mojar con una brocha empapada en algún almíbar ligero o licor rebajado con agua. Antes de consumirlo, lo podemos meter al frigorífico un par de horas. Los muy golosos, en vez de mermelada, podéis poner entre las capas chocolate.
c)        Si os gusta el chocolate, picar en un mortero tres o cuatro cuadritos de una tableta de chocolate negro y ponérselo a la masa antes de cocerla y por encima virutas de chocolate.
d)       La ralladura de limón o de naranja, pero sin llegar a la parte blanca, aromatiza el bizcocho.
e)       Si os gusta la canela o si preferís las pasas, los arándanos, las frutas glaseadas… podéis ponerle a la masa.
      





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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 8 de julio de 2018

Dislates lingüísticos. Este agua; el mismo aula




A diario nos enfrentamos con demasiadas incorrecciones lingüísticas que pasan desapercibidas porque la gente cree que son usos correctos del idioma. Un ejemplo claro es la utilización de los adjetivos determinativos demostrativos "este, ese, aquel" ante femeninos que empiezan por "a" tónica o "ha" tónica.

El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la particularidad de comenzar por /a/ tónica (la vocal tónica de una palabra es aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos la misma agua, la extensa área, la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, los adjetivos deben concordar siempre en femenino: el agua clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro, el área extenso, el hacha afilado).

Por su parte, el indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un área, un hacha, un águila (si bien no es incorrecto, aunque sí poco frecuente, utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una águila). Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).

Al tratarse de sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o con cualquier otro adjetivo determinativo, como todo, mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua, mucha hambre, etc. (y no este hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.) (www.rae.es/consultas/el-agua-esta-agua )

Curiosamente el artículo el ante estos femeninos no es una forma masculina sino arcaica. El español antiguo contaba con el artículo femenino ela cuya vocal a se fusionó con la a inicial tónica en palabras como alma, agua…

¿Lo ves difícil?, pues simplifica. Si pongo un adjetivo junto al sustantivo y es femenino, tendré que emplear esta en vez de "este": el agua/el agua clara: esta agua clara.

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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

lunes, 2 de julio de 2018

Momentos íntimos. In memoriam



Hay varias maneras de pasar por la vida: de puntillas para sobresalir entre los demás, liquidando a los que hacen sombra para quedar como único e indispensable, alzando la voz para acallar las de los otros, o sin hacer ruido para no perturbar a los que te rodean.

Querido papá, tú has intentado pasar por este mundo discretamente, pero, sin pretenderlo, te has ganado el respeto y el cariño de cuantos te han conocido. Has sido generoso, humilde, estoico y buena persona. Tus excepcionales manos nos han transmitido un legado impresionante nacido de tu incansable paciencia y de tu arte. Tu estela te hace brillar incluso después de habernos dejado huérfanos de tu presencia.

Espero poder llegar a tener tu discreción, generosidad y, sobre todo, tu humildad. ¡Cuánto te echo de menos! Tu imagen perdurará por siempre en mi retina y tu cariño en mi corazón.  

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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 1 de julio de 2018

Palabras con encanto

Cuando buscamos en el diccionario de la RAE una palabra y no está, no siempre significa que esté mal dicha porque puede ser un localismo, es decir, una palabra que solo tiene uso en una zona restringida.
Muchas de estas voces se pierden a pasos agigantados con la modernidad y de vez en cuando hay que poner el freno y detenerse a disfrutar de nuestra herencia lingüística. Como muestra vamos a estudiar unas cuantas palabras locales.
Enmestar: esta voz no la recoge ni el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ni el Vocabulario del Noroeste Murciano de Francisco Gómez Ortín. Sí se hace referencia a ella con el significado que tiene aquí de clasificar, limpiar, cribar en el Diccionario Nerpiano (www.nerpio.org/diccionario/).
En el DRAE sí que está el adjetivo mesto,a (del latín mixtus) con el significado de mixto, mezclado. El prefijo en-(del latín in) interviene aquí para formar el derivado con el significado local de separar.

Mojete: esta voz sí está recogida en el DRAE como derivado de moje que en Aragón y Murcia se refiere a salsa de cualquier guisado. El sufijo –ete del francés -et, se emplea para formar diminutivos, despectivos u otras palabras de valor afectivo a partir de sustantivos y adjetivos. El significado de plato hecho con la carne de la olla (tocino, embutidos varios y la indispensable morcilla) que se pone en el centro de la mesa para mojar con pan, no lo recoge ni el DRAE ni el Vocabulario del Noroeste Murciano de F.G. Ortín.


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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura