martes, 10 de julio de 2018

Momentos íntimos. El tiempo emocional


El tiempo pasa y nos pasa y aseguran que nos hace más sabios por la experiencia adquirida. Pero, ¿a quién le gusta ver en su persona las huellas de su transcurrir? Aunque lo que es irreversible, nos guste más o menos, lo tenemos que asumir. Hay numerosas formas de enfrentarse al paso del tiempo que resumo en dos: plantándole cara a su inexorabilidad o asumiendo y disfrutando  lo que iba a venir y que ya va llegando.

El tiempo afecta y condiciona cada momento de nuestra existencia; individualmente las percepciones de su paso varían según el estado anímico del ser. Seguramente hemos escuchado alguna vez decir o hemos dicho: "¡Ya!, ¿se ha pasado el tiempo ya?" o "¡Madre mía!, han pasado solo cinco minutos y yo creía que pasaron horas".

La subjetividad del tiempo depende de la apreciación del individuo, pero podemos objetivar el hecho de que lo bueno se percibe breve y lo malo lento. Ya en el siglo XV Jorge Manrique reflexionó sobre este hecho y lo dejó escrito en Las Coplas a la muerte de su padre: (…) No se engañe nadie, no,/pensando que ha de durar/lo que espera/más que duró lo que vio,/pues que todo ha de pasar/por tal manera.(…) Como vemos, épocas diferentes pero idénticas percepciones porque la esencia del ser no se ve afectada por el devenir de los tiempos.



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura