domingo, 25 de noviembre de 2018

Oración a san Antonio de Padua para encontrar lo extraviado. Tradición oral



Siempre me ha llamado la atención la tradición oral porque, cuando era bien pequeña, mi bisabuela me sentaba a su lado y cada día me recitaba oraciones que todavía permanecen en mi memoria. La que voy a compartir con vosotros la he podido recuperar en su totalidad gracias a la memoria de mi tía Cruz, porque me faltaban fragmentos. Según mi bisabuela esta oración se rezaba cuando se perdía algo y lo extraviado se encontraba con seguridad. Como ya sabéis, la fe mueve montañas y por qué no creer que el santo al que se le reza nos favorece con la recuperación de lo que hemos perdido y tanto apreciamos. ¡Ah!, mi bisabuela murió con noventa años hace medio siglo y no sabía ni leer ni escribir, porque entonces la gente estaba en otras cosas.

 

Oración a san Antonio de Padua para cuando se te pierde algo

San Antonio bendito, en Padua, Padua naciste,

en Italia te criaste,

en el púlpito de Nuestro Señor Jesucristo predicaste.

Predicando como estabas

tuviste revelación

que a tu padre iban a ahorcar,

del púlpito te bajaste,

el libro viático se te cayó,

la Virgen Santísima se lo encontró

y tres voces te echó:

beato Antonio, beato Antonio,

beato Antonio, vuelve atrás

que lo perdido lo encontrarás,

lo lejano lo acercarás

y lo olvidado lo recordarás.

Por el cordón que ceñiste,

por la palma que llevaste,

tres padrenuestros te he de rezar

bajo estas tres señas: niño llorar, perro ladrar o puerta cerrar.

 

Tras recitar la oración se rezan los padrenuestros y, si prestas atención, seguramente escucharás al niño llorar, al perro ladrar o cerrar una puerta. A continuación, busca lo perdido donde creas que lo extraviaste y posiblemente lo encontrarás.     




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

martes, 20 de noviembre de 2018

¿Mamá, es que te crees que soy tonto/a? Vamos a escaldar almendras




Quitar la piel a las almendras es fácil si sigues mis consejos. En primer lugar, compra almendra libre de cáscara. Según la cantidad a escaldar, prepara un cazo o cacerola con agua y llévala a ebullición. Cuando esté hirviendo, echa un puñado de almendra y la dejas dos o tres minutos en el agua, sin apartarla del fuego. A continuación, retira con cuidado una almendra y prueba a quitarle la piel y, si sale con facilidad, ya está para sacarla del fuego. Con una rasera la extraes con cuidado, la dejas en un escurridor de verduras y vas repitiendo la operación hasta que esté toda la almendra escaldada. Una vez pelada, la dejas un par de días para que se seque bien.

Si quieres preparar almendras fritas para el aperitivo, en primer lugar, prepara un plato con papel de cocina doble para echar la almendra una vez frita y pones en el fuego una sartén mediana con un par de dedos de aceite; no dejes que llegue a echar humo, pero caliéntalo bien y pon un puñado de almendra que debes de remover constantemente para que se haga de manera uniforme. Cuando veas que empieza a dorarse, la sacas con la rasera con mucho cuidado y le pones sal recia. Una vez fría, la guardas en un recipiente hermético y verás cómo dura mucho tiempo.

Si lo que quieres es un aperitivo menos calórico, pones almendra en el horno sobre papel para hornear, le das vueltas de vez en cuando y, cuando la saques, le pones sal. Estas almendras toman menos la sal que las fritas.

Para hacer bizcochos o dulces, hay que molerla y se puede hacer en la picadora del tercer brazo o en cualquier molinillo.

La cocina es entretenida y no entiende de sexos, por lo tanto, animo a la gente joven a que se ponga el delantal y a que se sorprenda al comprobar que, cuando se colocan las viandas en la mesa, no se distingue el sexo de quien las ha preparado. Pero no vale dejarlo todo enredado, pues las actuaciones estelares las reservamos para esos programas de la tele que se han puesto tan de moda; la cocina se deja como se encuentra, supongo que desenredada.





--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Los nombres de los dulces de Navidad




En la repostería, los nombres de los dulces, a veces, nos ayudan a intuir el contenido del manjar que se nos ofrece. En nuestra tierra la nomenclatura de los dulces de Navidad es amplia y, para facilitar su lectura, la he dividido en dos capítulos, el de los productos más humildes por los componentes básicos en su elaboración, titulado Los dulces de Navidad, y el que me ocupa, en el que abordaré los hechos con frutos secos, especialmente almendra.

Cordiales: elaborados a base de huevo, almendra pelada y molida sin tostar y azúcar, con relleno de cabello de ángel. Esta acepción no está recogida en el DRAE, pero sí en El Vocabulario del Noroeste Murciano del padre Ortín. Esta palabra procede de la voz latina cor, cordis que significa "corazón, esfuerzo, ánimo" y, por supuesto que reconforta y anima este exquisito bocado para el paladar.

Mazapán: obtenido tras una mezcla de clara de huevo con almendra cruda pelada y molida y azúcar, con relleno de cabello de ángel o de yema. Según el Diccionario de la RAE, quizá el nombre proceda del árabe hispánico pičmáṭ, y este del griego παξαμάδιον paxamádion "bizcochito", influido por masa y pan. Es un bocado muy especial.

Pan celestial: con mezcla de huevos, almendra cruda pelada y molida, azúcar y relleno de cabello de ángel. Según el Diccionario de la Rae "pan", en una de sus acepciones, es una pieza de distintas cosas con forma redondeada y "celestial" significa relativo al cielo, perfecto, delicioso. Y es cierto que este dulce es un bocado delicado y de gran exquisitez.

Polvorones: con manteca, harina, azúcar glas y almendra pelada, tostada y molida. Este delicado dulce se deshace y se pulveriza en cuanto llega a la boca. Según la información del DRAE el nombre procede de "pólvora": partículas a que se reduce una cosa sólida.

Fruta fanfarrona: muchas veces recuerdo este dulce que conocí gracias a mi amiga Mª Rosa; desde la primera vez que oí su nombre, me llamó la atención y, cuando lo probé, me encantó. Como a mí siempre me gusta saber por qué las cosas se llaman de esta o aquella manera, tras buscar información en el Diccionario de la RAE y confirmar que "fanfarrona" significa que tiene mucha apariencia y hojarasca, deduje que este nombre le viene de unos ingredientes humildes que quieren hacer las veces de las almendras y avellanas del alfajor.  Este dulce lleva miel y unas tortas de harina fritas que se cortan en pedazos y se mezclan con ella y esta mezcla se pone entre dos obleas, de manera que parece lo que no es, pero da muy bien el pego.

Sobre el alfajor y las picardías hay varias entradas en este blog. Más adelante os facilitaré las recetas pormenorizadas de estos exquisitos dulces que podéis hacer en el horno de vuestra casa.   





--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

domingo, 11 de noviembre de 2018

Dislates lingüísticos. Confusión con la tilde en "este, ese y aquel" y "solo"



Cada vez veo más confusión en la gente a la hora de poner tilde o no a los pronombres demostrativos: este, ese y aquel y al adverbio solo. La ortografía de la lengua española de la RAE de 2010 es clara al respecto, pero es más cómodo dejarse llevar por lo que dicen que han dicho en tal lugar o tal persona. En fin, intentaré aclarar esta cuestión lo mejor posible para ver si os saco de dudas.

En este, ese y aquel, pronombres demostrativos, es decir, cuando no acompañan al sustantivo, sino que lo sustituyen (Este come, ese mira y aquel paga.) "a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde". Antes se le ponía cuando había confusión entre si era pronombre demostrativo o determinante demostrativo, pero, como la RAE considera que estos casos son muy poco frecuentes y que son fácilmente resueltos por el contexto, ha decidido dejar la decisión de poner la tilde o no al usuario del idioma.

Lo mismo ocurre con el adverbio solo, que equivale a solamente. Si por cualquier motivo tienes que pedir por escrito que te pongan un café solo, si consideras que el receptor de tu nota no se va a aclarar, tienes la libertad de poner la tilde si lo que quieres es un café y nada más.

Por tanto, como La ortografía de la lengua española de la Rae dice textualmente: "se podrá prescindir", mi consejo es que no la pongáis nunca y así "Quien evita la ocasión, evita el peligro".




--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

sábado, 10 de noviembre de 2018

Lero, regomello. Palabras con encanto




Después de escuchar una serie de palabras a lo largo de nuestra vida, nos pensamos que las conoce todo el mundo. La sorpresa es mayúscula cuando vamos al diccionario y no encontramos esta o aquella voz que hemos oído siempre en nuestra casa, en nuestros vecinos o en nuestros amigos y nos damos cuenta de que aquella persona que en una ocasión puso cara rara al oírnos emplearla tenía razón, porque para ella era la primera vez que la escuchaba. Además, aunque una palabra esté recogida en el DRAE, no tiene por qué ser conocida en toda la geografía nacional, máxime si el diccionario señala que es un localismo.

Lero: voz no recogida en el DRAE con el significado que tiene en esta zona del noroeste de Murcia. Según el padre Ortín en su Vocabulario del Noroeste Murciano, es un sustantivo masculino referido a una araña grande y negra que anida en el suelo, tarántula, cuyo cuerpo de unos tres centímetros de largo es negro por encima y rojizo por debajo, con patas fuertes; vive entre las piedras o agujeros profundos que hace en el suelo, y es venenosa: Lycosa tarantula.

Entre la gente de la huerta se llama lero a cualquier araña grande, especialmente a las arañas de la uva que son grandes y negras, pero no venenosas.

Regomeyo: voz recogida en el DRAE como andalucismo y murcianismo con dos acepciones, la primera se refiere a un sustantivo masculino que expresa malestar físico que no llega a ser verdadero y la segunda, también nombre masculino, se refiere a un disgusto que no se revela al exterior.

Regomello solo se refiere a murcianismo y yo únicamente me quedaría con la segunda acepción del DRAE, porque es lo que yo siempre he entendido que significa esta palabra en el uso que la escucho. El padre Ortín también recoge en su Vocabulario del Noroeste murciano esta voz con el significado de la primera acepción del DRAE y como remordimiento.



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura

jueves, 8 de noviembre de 2018

Los dulces tradicionales de Navidad




Cuando llega el tiempo de las castañas, nos avisa de que la Navidad está próxima. Las costumbres y con ellas las tradiciones van evolucionando, de manera que nos parece que ya nada es lo que era. Por supuesto que la nostalgia y la memoria idealizada de los olores y de los sabores juega un papel importantísimo para que sintamos lo nuevo como sucedáneo de lo de otro tiempo.

Ya hace bastantes años que, cuando voy a alguna casa en las fechas navideñas, no me sacan la bandeja de dulces para convidarme por la fiesta. Es una buena y dulce costumbre que, como otras, está desapareciendo, si es que ya no ha desaparecido. Me encantaba, sobre todo, probar las distintas versiones del alfajor, porque cada familia tiene su particular forma de mezclar los ingredientes y de prepararlos y de dar el grosor a la oblea. Los mantecados tradicionales, los que solo llevan manteca, azúcar y harina, son tan diversos como los gustos de quienes los hacen: más o menos canela, ralladura de limón, con más o menos grosor, pero todos ellos presentan la particularidad de los moldes de hojalata en forma de estrella, media luna, flor… Los distintos componentes de los rollos: de anís, de naranja, de vino, de manteca, son una muestra de la variada repostería de nuestra tierra que se puede degustar sin esperar a que llegue la Navidad. Los mantecados manchegos, rebozados en azúcar glas, nunca faltan en los domicilios donde todavía se hacen estos manjares tradicionales y, por supuesto, los jugosos pasteles de cabello de ángel siempre ocupan un lugar importante en la bandeja que habitualmente acompaña a las sobremesas hasta san Antón, porque, como siempre nos han dicho los abuelos: "Hasta san Antón Pascuas son".

Este era el tipo de dulces que, junto con el alfajor, siempre estaba preparado en un plato elegante o en una bandeja para las visitas; los más finos los guardaba la familia porque eran más caros y, por eso, menos abundantes.  La verdad es que a mí todos estos dulces me gustan cuando están revenidos, cada uno tiene sus manías, porque creo que tienen mejor sabor que recién hechos, aunque a los golosos cualquier opción nos sirve.



--
Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura