miércoles, 29 de agosto de 2018

El ajo. Remedios de la abuela




Ajo: Del lat. Alium. Nombre masculino. Planta de la familia de las liliáceas, de 30 a 40 cm de altura, con hojas ensiformes muy estrechas y bohordo con flores pequeñas y blancas. El bulbo es también blanco, redondo y de olor fuerte y se usa mucho como condimento (RAE. Primera acepción de ajo[1]).

 

Esta planta es un regalo de la naturaleza y tiene importantes propiedades que están confirmadas por la ciencia. Para que estas propiedades se mantengan, se debe consumir crudo.

Es un alimento que eleva las defensas del organismo y colabora con este en su lucha por mantener a raya los numerosos virus que esperan que baje la guardia.

El ajo posee un alto valor nutritivo, pero pocas calorías; es rico en vitamina C, B6 y manganeso y, además, contiene antioxidantes que protegen contra el daño celular y el envejecimiento.

Como preventivo podemos tomar una cucharada diaria en ayunas que se puede disolver en agua o naranja para favorecer su digestión; también lo podemos preparar en jugo de tomate con limón.

La verdad es que quien toma este alimento va "cantando" por donde pasa porque su olor trasciende y, además, el aliento no es muy agradable. Para neutralizar la halitosis, se puede masticar perejil, menta fresca o apio o tomar una infusión de tomillo, eucalipto, romero o manzanilla. Yo creo que lo mejor es que tu pareja o grupo de amistades tome también ajo porque, ya se sabe, mal de muchos…

Os voy a comentar un remedio, que he encontrado por casualidad para conservar ajos que me regala un amigo, para la digestión y el olor de este bulbo y, si os sirve, pues estupendo. Yo congelo los ajos sin pelar en un tarro hermético, pero sí separados los dientes, los dejo una temporada y, cuando los necesito, los voy sacando, me espero un poco, los pelo y utilizo. Os garantizo que no se repite ni sienta mal. No os puedo decir si el ajo así pierde propiedades, pero los alimentos congelados contienen la misma cantidad de vitaminas, minerales y fibra que recién cogidos.



[1]El diccionario señala varias palabras y sufijos que aparentemente presentan semejanza de forma, pero el significado es diferente en cada caso: ajar, ajo1, ajo2, ajo3,-ajo, aja. El significado aquí expuesto es el referido a la primera acepción de ajo1.



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura