jueves, 27 de septiembre de 2018

Momentos íntimos. Introspección




Me gusta caminar por las calles vacías de bullicio y sentirme diferente. Amo el silencio, la paz y el retiro, pero en los momentos que elijo. El hombre no ha nacido para vivir en soledad, aunque la belleza del silencio es inigualable. Solamente él te permite sentir la naturaleza en toda su plenitud, disfrutar de los hermosos gorjeos de los pájaros, del sonido de una hoja seca al caer, de tus propias pisadas sobre la naturaleza muerta.

También el silencio del pueblo es elocuente, nos habla de sus habitantes, de la pulcritud o descuido con que tratan el medio en que se mueven, de sus hábitos matinales o nocturnos, de sus gustos musicales cuando alguna sutil melodía no rompe el misterio.

Solamente el silencio me permite descubrir una ciudad diferente, casi mágica, dormida en la belleza de sus calles y una naturaleza casi inmaculada, libre de la algarabía de la vida, perfecto retiro para encontrarse uno a sí mismo.    



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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura