miércoles, 20 de febrero de 2019

Momentos íntimos. Evocación



A veces un olor, un sabor, una sensación al tacto, una imagen o una melodía traen a nuestra memoria involuntariamente determinados recuerdos. Hace unos días vi en la televisión un reportaje sobre los anuncios publicitarios antiguos y, sin querer, me fui a mi infancia, a los muchos ratos que pasaba en la casa de mis abuelos y, por supuesto, los eslóganes y la música me trasportaron a la radio.

En las casas de gentes con escasos recursos la radio era fuente de entretenimiento, de contacto con el pulso del país y de reuniones sociales porque, como siempre había vecinos que no podían comprarla, se juntaban en las de los otros para escuchar las noticias y las famosas dramatizaciones de las radionovelas por capítulos con actores tan importantes como Matilde Vilariño, Pedro Pablo Ayuso, Juana Ginzo o Fernando Dicenta, entre otros muchos, cuya dicción clara y limpia cautivaba a personas que carecían de instrucción.

Una sección importantísima ya en aquellos tiempos era la de la publicidad, que si Norit para lavar prendas delicadas, que si Netol limpia y pule metales, que si el Cola-cao era ideal para desayunos y meriendas… Y todas estas cuñas publicitarias con músicas pegadizas que quienes escuchaban la radio cantaban a la vez que las cautivadoras voces de fondo.

En esta evocación he dejado para el final la sección de los discos dedicados que oía con mis tías acurrucada en la cama, lo que me hace suponer que era los domingos. Me encantaba percibir las voces de los cantantes envolviéndonos en el ambiente y las cariñosas dedicatorias que los locutores trasmitían como si fueran sus propios deseos: Perlita de Huelva y su emotivo Amigo conductor, José Guardiola y su aterciopelada y profunda voz con La novia, el humano Juanito Valderrama y Su Primera Comunión o Gloria Lasso con la inolvidable Luna de miel  emitidas tras hermosas dedicatorias llenas de afecto: "Para el niño Manolito en el día más hermoso de su vida de sus tíos y primos"; "Dedicado especialmente para Juan el del camión, para que sepa que sus hijos lo esperan siempre"; "Para la novia más guapa, de sus padres"; "De sus primos y tíos para los novios más guapos, Luisita y Javier, para que disfruten de la única luna de miel de sus vidas…".

No recuerdo, porque era muy pequeña, si la gente era feliz, pero a mí desde mi egoísmo infantil sí que me lo parecía. Espero que hagáis muchos esta evocación vuestra y, si fue grata, que os devuelva, aunque sea por un momento, a vuestra infancia.    

 

 




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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura