domingo, 24 de febrero de 2019

Aproximación a la poesía. F. G. Lorca



Este poema de Lorca muestra la gran sensibilidad de su autor. El poeta granadino murió joven, en la guerra, a manos de un pelotón de fusilamiento en una de las zonas en las que se dividió España y seguramente en la otra otro pelotón fusiló a otras tantas personas también por sus ideas. Así son las guerras cainitas. Lorca era un avanzado en su tiempo, quiso educar al pueblo con su teatro ambulante y no se le perdonaba que tuviera ideas modernas y, además, menos aún su homosexualidad.

 

La casada infiel

 

Y que yo me la llevé al río / creyendo que era mozuela, / pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago / y casi por compromiso. / Se apagaron los faroles

y se encendieron los grillos. / En las últimas esquinas / toqué sus pechos dormidos,

y se me abrieron de pronto / como ramos de jacintos. / El almidón de su enagua

me sonaba en el oído / como una pieza de seda / rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas / los árboles han crecido, / y un horizonte de perros

ladra muy lejos del río. / Pasadas las zarzamoras, / los juncos y los espinos,

bajo su mata de pelo / hice un hoyo sobre el limo. / Yo me quité la corbata.

Ella se quitó el vestido. / Yo, el cinturón con revólver, /ella, sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolas / tienen el cutis tan fino, / ni los cristales con luna

relumbran con ese brillo. / Sus muslos se me escapaban / como peces sorprendidos,

la mitad llenos de lumbre, / la mitad llenos de frío. / Aquella noche corrí

el mejor de los caminos, / montado en potra de nácar / sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre, / las cosas que ella me dijo. / La luz del entendimiento

me hace ser muy comedido. / Sucia de besos y arena / yo me la lleve del río.

Con el aire se batían / las espadas de los lirios. / Me porté como quien soy,

como un gitano legítimo. / Le regalé un costurero / grande, de raso pajizo,

y no quise enamorarme / porque teniendo marido / me dijo que era mozuela

cuando la llevaba al río.

F. G. Lorca, Romancero gitano

 

Este poema de Lorca rezuma erotismo. Con una serie de símbolos propios como "agua en movimiento-vida", "río-apartamiento erótico", "llegada de la noche-marco ideal para los encuentros clandestinos", "juncos, espinos y zarzamoras-naturaleza y maleza que sugieren el aislamiento del pueblo" nos ofrece una estampa del encuentro amoroso entre un gitano "legítimo", con pistola y todo, con una joven a la que creía soltera, una mujer arriesgada y valiente que hace prevalecer su deseo erótico sobre los prejuicios sociales, porque la gente sabía qué ocurría cuando dos se perdían en el camino, en este caso del río. Las expresivas metáforas: "mujer-potra de nácar", "hojas- espadas de los lirios" y las abundantes comparaciones crean un clima de intriga progresiva sobre este encuentro magistralmente descrito: "el almidón de la enagua sonaba como rasgado por cuchillos", "cutis tan fino como nardos y caracolas", "sus muslos se escapaban como peces", "sus pechos dormidos se abrieron como ramos de jacintos".

Es un canto a la libertad humana en la elección de algo tan íntimo como es el encuentro carnal de la pareja, una expresión sensual y poética del torbellino del amor, un poema que puede deleitar nuestros sentidos.

Recuerdo que en una ocasión me llevé a clase un libro de poemas en el que seleccioné esta composición; los alumnos de dieciséis años no tenían el texto delante y, tras una breve introducción sobre la vida del poeta y los símbolos de este poema, pasé a leerlo. Cuando terminé, noté que había surgido la magia en el ambiente y en aquel momento un chico levantó la mano y dijo: "Encarna, después de escuchar esta poesía, no me creo que Lorca fuera homosexual".

Espero que hayáis disfrutado con Lorca tanto como yo. La poesía es maravillosa si nos dejamos llevar por la magia de las palabras.

   




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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura