martes, 5 de junio de 2018

Cocina. Mermeladas sin azúcar (I)

Con el buen tiempo llegan las frutas de temporada, óptimas para degustar en ricas y sanas mermeladas. La receta que os propongo es personal y os invito a que la modifiquéis a vuestro gusto. El azúcar, que endulza y espesa la pulpa de la fruta, lo sustituyo por estevia y gelatina en polvo neutra.
La estevia es un producto de origen natural, pero procesado, por lo que muchos científicos consideran que no aporta nada distinto a cualquier edulcorante. Si pensáis utilizar otro edulcorante, debéis de tener en cuenta que las cantidades que os voy a dar de estevia pueden ser escasas porque esta endulza con mucha intensidad. El dulzor depende del gusto personal y siempre se puede probar la mermelada antes de sacarla del fuego y rectificar.
La gelatina es de origen animal, se obtiene a partir de los huesos, piel y cartílago de los animales. La cantidad de gelatina también depende de cada cual, pero, después de muchas pruebas, creo que la proporción que aconsejo es más o menos la correcta.
Cualquier fruta sirve para hacer mermelada si tenemos en cuenta los siguientes consejos: Lavarla bien, quitar el hueso o la piel (en el caso de la naranja se quita la capa que cubre la pulpa muy bien) y, si la piel es fina, no pelar la fruta. Se puede hacer mezcla de diversas frutas.
Si nos parece demasiado ácida la mermelada, a cada kilo de fruta se le puede añadir una cucharadita de bicarbonato, pero tenemos que dejarla en el fuego para que la espuma que se forma se vaya disolviendo. La ciruela verdosa ácida necesita quitarle la acidez y la naranja también.  
Hay quien pone a la fruta unas gotitas de limón para evitar su oxidación, pero a mí me sabe muy ácida la mermelada y, si pones la tapadera sin cerrar sobre el tarro mientras se enfría, evitarás que le dé el aire.
Yo conservo la mermelada en el congelador y me dura un año o más, pero me imagino que se le puede dar el baño maría como al tomate de pera que se echa en conserva.
De cada kilo de fruta se obtienen unos dos tarros de 400 gramos de mermelada.


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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura