En la distancia
mis recuerdos tienen
volumen de ausencia,
y el amor adormilado
espera largas vigilias.
Y yo, impotente,
voy descontando el tiempo
que ha de acercarme
a mi realidad.
Paciente, me alimenta la esperanza
de que mi soledad sea finita,
y me aferro con dientes y uñas
al volumen incorpóreo de tu recuerdo.
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Encarna Reinón Fernández
Profesora de Lengua Española y Literatura