lunes, 21 de mayo de 2018

Motes de origen vario (II)

Los motes que expongo están aceptados por quienes los llevan. Junto a cada uno va su explicación.
Corsario: Pedro El Corsario. Un día que jugaba a los dardos hizo una gran jugada y, como vestía de negro y llevaba barba fina como El Corsario Negro de los cómics, uno de los presentes le dijo que se parecía a él.
Coscorrona: Juana María La Coscorrona. Su abuelo o bisabuelo en misa se dio un capón en la pila bautismal y a partir de ahí "El Tío del Coscorrón".
Cuchara: Antonio El Cuchara. Su bisabuelo era tratante de frutas y en una ocasión contrató a un grupo de trabajadores para coger fruta y a la hora de comer faltaba una cuchara. Él entregó la suya al que no tenía y con el pan a modo de cuchara comió. A Partir de ese momento le empezaron a decir "El Tío de la Cuchara".
Faralá: Domingo El Faralá. Su abuela llevaba los vestidos con farandolas (volantes).
Garayo: Antonio El Garayo. Jugaba al fútbol en los tiempos de Garay, famoso futbolista, y empezaron a decirle "Garayo".
Golosina: Su abuelo llevaba una finca, El Carrascal, y había un vecino que le tenía envidia. Un día el vecino le dio un palo y lo dejó ciego. Después él lo perdonó. Ciego, se llenaba los bolsillos de caramelos y paseaba calle arriba, calle abajo y daba a los niños golosinas. De ahí "El Tío Golosina".
Gorraesparto: José El Gorraesparto. Su padre estaba en la huerta con la gorra puesta y se le rompió y, entonces, cogió esparto y se la cosió.
Hombrecico: Francisco El Hombrecico. Cuando era pequeño, era muy formal y su madre le hizo un traje como el de un hombre y parecía un "hombrecico".
Huérfano: Felipe El Huérfano. De pequeño se quedó "huérfano".
Mochuelo: Sebastián El Mochuelo. Su abuelo cogía pájaros para comérselos y un día que estaba en lo alto de una tapia buscando nidos pasó un amigo y le dijo que parecía un "mochuelo".
Monecillo: Juan El Monecillo. Era monaguillo en la iglesia.
Musia: Antonio El Musia. Cuando era pequeño don Joaquín Jiménez Girón lo veía en la fragua y le decía "musa o muza", que según ese señor es palabra árabe que significa agua, y la gente lo degeneró.
Palanquín: Pedro El Palanquín. Cuando estaba labrando su padre, cayó con el tractor por un barranco y tuvieron que remolcarlo.
 


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Encarna Reinón Fernández
Profesora de lengua española y literatura