lunes, 21 de mayo de 2018

Justificación del presente trabajo

Este trabajo nace de la curiosidad que siempre he tenido por las cosas del pueblo y por buscarles una explicación coherente. No es fácil recoger datos sobre el mote que cada uno lleva y por qué se lo dicen. Hay personas que aceptan el calificativo y responden con agrado y, precisamente, son esos apodos los que reflejo en este trabajo. Siguen archivados los motes de los que contestaron que "no" aceptaban que se los dijeran. Algunos, incluso, manifestaron su enfado e impotencia porque no entendían que la gente disfrutara con su rabia. Yo creo que hay que respetar siempre los sentimientos de las personas y me consta que algunos, que llevan muy mal su mote, sufren con la malicia e ironía del pueblo.
 Cada uno de los entrevistados, cuyo mote está reflejado en este trabajo, respondió a la pregunta de si lo aceptaba con un sí. Los datos fueron recogidos en los años 1994-95 por alumnos de la antigua FP, actual IES Ginés Pérez Chirinos, amigos personales, familiares y por mí misma. Recuerdo el mosqueo que mostraron algunos interpelados y, también, la satisfacción de quien podía facilitarte los datos que le pedías. Algunas respuestas, como se puede comprobar, son escuetas, pero otras contienen desarrollo.
Se quedan muchos motes sin recoger, pero la dificultad es grande cuando se pregunta por qué llevan el alias o quién fue el primero de la familia en tenerlo. Se podría hacer un listado de motes, pero ese no es el objetivo de este trabajo. 


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Encarna Reinón Fernández
Profesora de lengua española y literatura